Ayer por la noche pudimos vivir un concierto muy emocionante gracias al gran despliegue del Coro y la Orquesta Sinfónica de Milán que llenó todo el escenario de L'Auditori interpretando un Réquiem de Giuseppe Verdi impecable. Dirigidos por el alemán Claus Peter Flor y Massimo Fiocchi Malaspina, en el caso del Coro.
Cuatro solistas de lujo conmovieron al público con cada uno de los fragmentos de la gran pieza sinfónica-coral de todos los tiempos: la soprano Carmela Remigio, galardonada con el prestigioso Premio Abbiati y Piccinni; la mezzo soprano Anna Bonitatibus, que debutó en La Scala el 1999 con Don Giovanni bajo la batuta de Riccardo Muti; el tenor Valentino Buzza, ganador de varios concursos internacionales e intérprete de multitud de papeles principales; y el bajo Fabrizio Beggi, ganador del Concorso Internazionali per Cantanti «Toti Dal Monte» donde debutó.
El Réquiem de Giuseppe Verdi se estrenó el 1874 con un éxito enorme y se ha convertido en un imprescindible que es necesario ver al menos una vez en la vida. Verdi escribió esta obra poco tiempo después de su ópera Aída como homenaje a su amigo Alessandro Manzoni, con quien compartía los valores del Risorgimento. Además, la parte de “Libera me” la toma de la Messa per Rossini que había escrito junto a otros compositores después de la muerte del mencionado.