De vuelta al Palau de la Música Catalana, el viernes la Orquesta Sinfónica de Radio Fráncfort nos ofreció un homenaje a dos de los grandes compositores de todos los tiempos: Debussy y Rimski-Kórsakov. Bajo la dirección del francés Alain Altinoglu, las primeras notas de Preludio a la siesta de un fauno de Debussy ya hechizaron al público.
En un concierto en el marco del centenario del nacimiento de Alicia de Larrocha, uno de los momentos más especiales de la noche llegó con la aparición del solista Denis Kozhukhin. El pianista ruso, ampliamente ovacionado, demostró porqué es una de las grandes figuras del panorama internacional, con la impecable interpretación del Concierto para piano y orquesta en Sol mayor de Maurice Ravel. Kozhukhin también nos sorprendió con un bis de Tchaikovsky, dentro del Álbum de la Juventud op. 39, la nº24, En la iglesia.
La magia llegó con Scheherezade. La Suite Sinfónica op.35 "Mil y una noches" de Nikolái Rimski-Kórsakov. Sus cuatro pasajes nos transportaron a otro mundo y fue una gran demostración de experiencia tanto por parte de la hr-Sinfonieorchester, una de las formaciones alemanas más importantes, como por su director Alain Altinoglu. Incluso la orquesta, después de esta interpretación maravillosa, nos deleitó con un fragmento de Mijaíl Glinka, Ruslán y Liudmila.
Un Palau de la Música que pudo vivir una noche de clásica con una gran combinación de talentos.