Ton Koopman ha dedicado toda su vida a la ejecución de la obra de J.S.Bach, por la cual cosa, el concierto de la pasada noche era una oportunidad única para ver a un intérprete legendario. Al lado de la Orquesta Barroca de Ámsterdam, institución que él mismo fundó, firmaron un homenaje al compositor alemán con dos obras clave: la Ofrenda musical y la Suite núm. 2 en Si menor.
El director acompañado de seis músicos que iban entrando y saliendo del escenario del Palau de la Música eclipsaron ya al público con las primeras notas de la Ofrenda musical. La presencia del clavecín y el resto de instrumentos antiguos lucían cada vez más con la belleza de esta obra trascendental. Casi una hora para admirar el arte de la fuga, el canon y el contrapunto de esta pieza memorable.
Después de una breve pausa, fue el turno de la Suite núm. 2 en Si menor, uno de los éxitos del barroco alemán imprescindible que también brilló por su delicadeza.
Una noche en la que Ton Koopman y la Orquesta Barroca de Ámsterdam demostraron porqué son unos verdaderos expertos en la obra de J.S.Bach. Con un público maravillado que tras varias rondas de aplausos pudo disfrutar escuchando una segunda vez de la última parte de la Suite núm. 2, la "Badinerie".