Hacía más de 10 años que la ciudad de Barcelona esperaba el retorno de la pianista francesa Hélène Grimaud, y se notaba la emoción en el ambiente y en la ovación que recibió la artista en pisar el escenario.
Un concierto memorable ya desde la primera obra, la Sonata para piano núm. 30 de Ludwig van Beethoven. Para seguir con el compositor por excelencia de la artista, Johannes Brahms. Los Tres Intermezzi marcaron el final de una primera parte enérgica gracias a su carácter apasionado.
Después de una breve pausa, Fantasías op. 116, también del maestro alemán, destacaron por su naturaleza introspectiva, un intenso lirismo y la constante alternancia de momentos agitados y breves instantes de calma.
Casi sin transición entre una obra y la otra, aunque con algunos aplausos en medio, la transcripción para piano que hizo el compositor italiano Ferruccio Busoni de la Chacona de la Partita núm. 2 BWV.1004 para violín de Johann Sebastian Bach, cerró el recital. Una pieza compleja y exuberante reconocida por aquellos que se atreven a interpretarla.
Hélène Grimaud volvió a demostrar su virtuosismo y convirtió en memorable el último concierto de la temporada 23/24 regalándonos tres bises: Études- Tableaux 2 y 3 de Rachmaninoff y Batagelle III de Silvestrov.