I.
Franz Schubert (1797-1828), Sonata núm. 9 en si mayor, op.147, D. 575
Schubert, Sonata núm. 18 en sol mayor, op.78, D. 894
II.
Fryderyk Chopin (1810-1849), Balada núm. 1 en sol menor, op.23
Ferenc Liszt (1811-1886), Funérailles (Harmonies poétiques et religieuses, 7)
Liszt, Vals Mephisto núm. 1, 'Der Tanz in der Dorfschenke' (El baile en la taberna del pueblo)
¿Cómo se podría definir a Daniel Barenboim? ¿Un gigante incansable, un Hércules de la música? ¿O un fenómeno único? (así lo calificó –buen ojo– el veterano director de orquesta Wilhelm Furtwängler cuando el pianista tenía sólo 11 años…). En todo caso, se trata de uno de los grandes intérpretes de los siglos XX y XXI, un artista que a su trabajo ha incorporado también un credo ético e intelectual insobornable. Diez años después de su última visita en Barcelona como solista, es un inmenso placer reencontrarnos con esta figura homérica de la música de nuestro tiempo. Un recital que sin duda nos hará pensar, con Barenboim, que la música tiene un significado que no se puede expresar con palabras.
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